Lo primero es desalar las costillas (si las vas a usar saladas). El día anterior las pones en un recipiente con agua que las cubra y las dejas en la nevera. Cambia el agua unas 3 veces.
En un caldero grande añade 3 o 4 cucharadas de aceite de oliva virgen y sofríe primero los ajos pelados y picaditos. Cuando estén ligeramente dorados añade la cebolla troceada y sofríe todo hasta que la cebolla esté blanda. Añade los tomates pelados y triturados y sofríe un poco más.
Vierte en el caldero 2 o 3 litros de agua* y añade las costillas desaladas. Deja guisar media hora aproximadamente a fuego medio y desespuma* el caldo si fuera necesario.
Pela la batata, las papas y el bubango, los cortas en trozos medianos y se los añades al caldo.
Cuando arranque a hervir de nuevo el caldo añade el millo congelado. Sazona con sal a tu gusto y deja que se cocine todo junto hasta que el millo y la verdura estén tiernos.